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Evidencia Extraordinaria — Capítulo 1

Evidencia Extraordinaria — Capítulo 1

Porque se puede confiar en Jesús y la Biblia

Capítulo 1

Evidencia convincente

"La Biblia tiene que ser el mensaje de (1) buenos hombres o ángeles, (2) hombres malos o demonios, o (3) Dios.

(1) No pudo ser un mensaje de hombres buenos ni de ángeles, porque ellos no pudieron escribir un libro con mentiras. Y sería mentira repetir continuamente, ‘Palabra de Jehová’ si fueron sus propias ideas.

(2) No pudo ser un invento de hombres malos o demonios, porque ellos no harían un libro que nos manda cumplir con nuestros deberes, que prohibe el pecado y condena a sus almas al infierno para toda la eternidad.

(3) Por eso llego a la conclusión: la Biblia tiene que haber sido dado por inspiración divina." (Charles Wesley)

Sospecho que todos nosotros hemos inventado una ‘Biblia’ como guía de nuestra conducta, si nos damos cuenta o no. La ‘Biblia’ que guiaba mi vida personal era una colección arbitraria de mi propia sabiduría y la de otras. Estas fuentes – libros, científicos famosos, sicólogos, profesores y mis propias conclusiones – con frecuencia eran dadas a error, especulativas, no confiables. Todas las fuentes para mi ‘Biblia’ estaban regados de errores y opiniones parciales. Mi ‘Biblia’ no me contestaba mis preguntas sobre el origen y propósito de la vida del hombre y su destino. Si así es en la vida de otros también, mi corazón clama por estos viajeros en el camino de la vida. Con el amor de quien ahora es mi Salvador, pregunto, ¿Así es su ‘Biblia’? ¿Las fuentes en que confía están libres de errores? ¿Está basada su fuente en conocimiento permanente y absoluto? ¿Arriesgará su vida, su destino eterno, en especulaciones u opiniones? Estimado lector, usted y yo sabemos que esto no es la medida de la verdad.

Por contraste, la Biblia del cristiano es la Palabra de Dios – segura, infalible y probada en mil batallas.

La Biblia se proclama ser La Palabra de Dios. Hay por lo menos 3,800 frases como "Así dice el Señor," "La Palabra del Señor vino a mí," y otras que expresan esta verdad. 2 Timoteo 3.16, por ejemplo, nos dice que, "Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia".

Considere unos aspectos claves en que la Biblia da evidencia ser de confianza. Cada una de estas pruebas es impresionante, mas en conjunto proveen evidencia firme de su autoridad como la Palabra revelada de Dios.

Unidad

Imagine cuarenta hombres, separados en el tiempo por varios siglos, de muchas distintas culturas, pueblos, ciudades y ambientes. Imagine que están trabajando independientemente en una estatua de Jesús. Cada uno debe trabajar en una parte específica de la estatua: uno, un dedo del pie; uno, una oreja; otro, el cuello; otro, la barbilla; otro, una pierna; todavía otro, el hombro, etc. Después de cientos de años, todas estas partes talladas son traídas a un lugar para ensamblarlas. Sería increíble que todos encajen perfectamente para formar una estatua hermosa de Jesús. ¿Por coincidencia? ¡Imposible! Sería posible solamente se fuera supervisado por un Ser supremo, Dios.

Sin embargo esto es exactamente lo que tenemos en la escritura de la Biblia. ¡Unos cuarenta escritores, trabajando sobre un período de casi 1,600 años, escribiendo sesenta y seis libros, produjeron un libro absolutamente coordinado que nos da el retrato de una Persona perfecta – el Señor Jesucristo!

La arqueología

Se han excavado más que 25,000 sitios que verifican la existencia de ciudades, reyes, reinos, eventos, autoridades, etc., que demuestran la exactitud y la autenticidad de millares de referencias bíblicas. El arqueólogo Nelson Glueck ha dicho, "Se puede afirmar categóricamente que ningún descubrimiento arqueológico ha puesto en tela de juicio una referencia bíblica."

¡Fantástico!...en un libro que tiene miles de años! Siendo que podemos confiar en la Biblia por las cosas que vemos, sabemos que podemos confiar en la Biblia por las cosas que no podemos ver.

La ciencia

Aunque los escépticos han insistido que la Biblia contiene errores científicos, nunca han podido probar ninguno. No es así con ningún otro libro antiguo. De hecho, en muchos casos se han probado que la ‘ciencia’ estaba equivocada y la Biblia tenía razón. Los libros de texto científicos son cambiados constantemente y dentro de muy pocos años se contradicen entre sí. La Biblia nunca ha cambiado los conceptos expresados. Los idiomas cambian. El mensaje no. Habla en términos correctos cuando toca a temas científicos. Por ejemplo, en el tiempo cuando la mayoría de la gente pensaron que la Tierra era chata, aún en el tiempo de Colón en 1492, la Biblia decía en Isaías 40.22, "Él está sentado sobre el círculo de la Tierra..." La palabra usada para ‘círculo’ es la palabra hebrea que significa ‘redondez’ o ‘esfera’. En otras palabras, la Biblia reveló que la Tierra era una esfera unos 2,200 años antes de que el hombre se diera cuenta, aunque Marco Polo había dado algunos pasos en esa dirección unos pocos siglos antes de Colón. ¡Mas Isaías escribió unos 700 años a.C.!

¿Cómo lo sabía Isaías? ¡Dios le dio el mensaje!

Los judíos

Deuteronomio 28.25,26 nos cuenta del sufrimiento y esparcimiento futuro de los judíos, y Deuteronomio 30.1-6 añada a esta profecía, que había indicada que los judíos serían esparcidos entre todas las naciones, que llegaría el día en que serían juntados nuevamente en su tierra. Estas profecías fueron dadas siglos antes de su cumplimiento. Sin embargo Dios había dado profecías muy literales en cuanto a la herencia de la tierra de Palestina a Abraham y a los judíos. Levítico 26.31-33, escrito más o menos 1,400 años a.C. añade a esta profecía, y también lo hace Ezequiel 36.33-35 y Ezequiel 37. Lucas 21.23,24 reafirma estas profecías. También se predijo que Jerusalén sería hollado por los gentiles lo cual se cumplió en 70 d.C..

De estas y otras escrituras vamos a dar un breve resumen de lo que la Palabra de Dios dice del futuro de los judíos. (1) Esparcimiento mundial entre todas las naciones. (2) Terrible persecución y sufrimiento. (3) Otras naciones más fuertes alrededor de ellos serían destruidas, pero los judíos nunca perderían su identidad. Siempre sobreviviría un remanente. (4) Algún día regresarían a su propia tierra y restablecerían su nación.

Ahora considera estos hechos bien conocidos. Los judíos fueron rodeados por pueblos formidables y dados a la guerra, algunos de ellos más numeroso y más poderosos que los judíos. Los Hititas, Cananitas, Filisteos, Edomitas, etc. Estimado amigo, ¿cuándo era la última vez que se encontró con un hitita? ¿Un filisteo? Ellos pasaron de la escena hace siglos. ¡Pero los judíos permanecen en escena! Fueron perseguidos horriblemente, seis millones murieron en el horrendo holocausto de Hitler. Por 2,500 años no tuvieron independencia política, y por casi 2,000 años (desde la caída de Jerusalén en 70 d.C. hasta 1948) no tuvieron territorio propio. Fueron esparcidos mundialmente, pero no fueron asimilados por los anglos, sajones, godos ni visigodos. Ni fueron exterminados como muchos otros. ¡Milagrosamente retienen su identidad hasta el día de hoy! En Hungría, hay judíos húngaros, y hay judíos americanos, judíos rusos, judíos ingleses, judíos polacos, etc. Ninguna otra nación jamás volvió a la vida después de haber sido tan perseguida y desalojada, pero ¡Dios predijo que los judíos volverían! ¡Lo hicieron! Es otra prueba que la Biblia es la Palabra de Dios.

Individuos como Increase Mather vieron esta verdad en la Biblia y predicaron que los judíos regresarían a Palestina y establecerían su propia nación nuevamente. ¡Él predicó en 1669!, como informa Hal Lindsey en The Late Great Planet Earth. Esto no es adaptar los hechos de un evento histórico a algunas generalidades indefinidas. ¡Es el cumplimiento preciso de la profecía que los creyentes en Dios han estado esperando desde hace siglos! ¡Repentinamente, ocurrió! Durante y después de la Segunda Guerra Mundial, los judíos empezaron a regresar a Palestina, huyendo de la persecución en Alemania, Europa y Rusia. (Anteriormente la población judía de Palestina había bajado a unas 10,000 personas). Se unieron con ellos judíos de alrededor del mundo, algunos desde la América. ¡Imagínalo! ¿Por qué? Este impulso de regresar al ‘terruño’, después de 2,000 años no era porque creyeron en la profecía bíblica. Sin embargo, el regreso de los judíos a Palestina era el cumplimiento exacto de lo que Dios había dicho que sucedería. Los británicos, responsables de Palestina en ese tiempo, sacaron sus buques de guerra, pero no sabían qué hacer con hombres, mujeres y niños desarmados y viajando en buques mercantes. Finalmente, dejaron a los judíos entrar. ¡Milagro de milagros, declararon que eran una nación el 14 de mayo, 1948! Con enormes poderes en su contra, fueron atacados a la semana por las fuerzas armadas de sus vecinos. Los enemigos tenían muchos más soldados, pero los judíos sobrevivieron y vencieron. Sobrevivieron otra vez cuando fueron atacados en 1967 y en los años ’70. Los árabes habían controlado a Jerusalén, pero ahora esa ciudad también está bajo el control de los judíos. (Véase Lucas 21.24.) ¡La Palabra de Dios siempre se cumple!

Se necesitaría más fe para creer que todo esto ocurrió por coincidencia, que creer que Dios nos dio Su Palabra, la Biblia.

Jesucristo – la Palabra viva de Dios

"...y el Verbo era Dios." Juan 1.1

"Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros." Juan 1.14


La Biblia afirma que Jesucristo es el Hijo de Dios. La Biblia también afirma que el Hijo mismo es Dios, quien tomó sobre Sí mismo la carne humana, y visitó a la Tierra en una misión dramática de rescate para salvarnos del pecado, la muerte y el infierno. En Isaías 9.6, por ejemplo, dice, "Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz."

1 Timoteo 3.16 dice, E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, "creído en el mundo, recibido arriba en gloria. La Biblia habla de la segunda venida de Jesús como "la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo," en Tito 2.13.

Jesús mismo afirmó que era uno con Dios. El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; (Juan 14.9). A Jesús también se le llama el Creador, la Resurrección y la Vida, el Alfa y la Omega. Él tiene los nombres, atributos y títulos de Dios. El apóstol Tomás le reconoció como su Señor y su Dios (Juan 20.28). Jesús fue adorado como Dios. Hizo milagros que sólo Dios pudiera hacer.

Como escribió C.S.Lewis, "Un hombre que fuera solamente hombre y dijera el tipo de cosas que Jesús dijo no sería un gran maestro moral. Él sería o un lunático – al mismo nivel con el hombre que proclama ser un huevo escalfado – o en cambio el mismo Diablo. Es necesario decidir. O este Hombre era, y es, el Hijo de Dios, o era un loco o algo peor. Lo puede encerrar como un loco, puede escupirlo y matarlo como un demonio, o puede usted caer a Sus pies y llamarle Señor y Dios. Pero no entremos en tonterías diciendo que sólo era un gran maestro moralizador. No nos ha dado esa opción. No tuvo intención de limitarse a enseñar la moralidad."

Considere el milagro de la vida de Jesús

Nunca nació un hombre como este Hombre. Cumpliendo la profecía dada aproximadamente setecientos años antes de Su nacimiento, Él nació en la ciudad anunciado, de la tribu anunciado y de la raza anunciada (Miqueas 5.2). Nació de una virgen (Isaías 7.14), en el momento exacto que las Escrituras predijeron que nacería (Daniel 9.25,26).

Nunca vivió un hombre como este Hombre. La vida entera de Cristo fue profetizada en detalle: Su nacimiento, propósito, vida, ministerio, aun la manera en que moriría, y Su resurrección. Él vivía una vida perfecta como ningún otro ha podido hacer. Todas las buenas características combinadas de todos los hombres grandes que han vivido, no pudieron hacer un Jesús. Él, y solamente Él, era perfecto, sin pecado. Él pidió a los que le odiaron que identificaran un pecado que había cometido, pero no pudieron.

Ningún otro hombre pudo decir, "Yo soy..." Él dijo que es ‘la puerta’ (Juan 10.9), y ‘el camino, la verdad, y la vida’ (Juan 14.6), el único camino para llegar al Cielo, al Padre. La Biblia lo reconoce como Dios encarnado, "El Verbo era Dios.", "Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros," (Juan 1.1, 14). Siendo Dios, viviendo entre los hombres pudo perdonar los pecados, "Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados." (Mateo 9.2); y aceptó la adoración como Dios, "Y cuando le vieron, le adoraron." (Mateo 28.17).

Ningún otro hombre murió como murió este Hombre. Como la Biblia predijo centenares de años antes del hecho, Jesús murió traspasado en una cruz. Este método de castigo fue desconocido todavía cuando la profecía fue dada (Salmo 22.16). Más de 300 predicciones fueron cumplidas en Su nacimiento, vida, muerte y resurrección; y unos treinta de ellas se realizaron en el mismo día en que fue crucificado. Entre las profecías cumplidas en el día de Su muerte encontramos: sería traspasado, herido, maltratado, que le darían vinagre a beber, que soldados jugarían para su ropa, que Él moriría entre transgresores, que aun así sería sepultado en la tumba de un rico, y que ni uno de Sus huesos sería quebrantado. Increíblemente, cada predicción se cumplió a pie de la letra. Como ha demostrado el Dr. Pedro Stone en su libro dinámico ‘Science Speaks’, todo esto es evidencia poderosa, irrefutable. Al usar sólo ocho profecías detalladas acerca de Jesús, muestra que la posibilidad de cumplirlas en un hombre por puro coincidencia tiene más o menos la misma probabilidad matemática como cubrir el estado de Texas con setenta centímetros de dólares de plata entre los cuales hay uno marcado, para pedir a una persona con los ojos vendados encontrar la moneda marcada en el primer intento.

Ningún otro hombre murió con el propósito que tuvo Jesús. Como expresa claramente tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, Jesús vino para morir por nosotros, para tomar nuestro lugar, para derramar Su sangre en la cruz por nosotros. A través de Sus lágrimas y Su dolor en la cruz, Jesús dijo, "Padre, perdónalos," (Lucas 23.34). Nadie, nunca, nos amó así, y si no podemos confiar en Jesús, quien murió por nosotros, ¿en quién podemos confiar?

Ningún otro hombre jamás se levantó de entre los muertos, venciendo la muerte. Los fundadores de las religiones: Buda, Confucio, Mahoma, todos están muertos, sus cuerpos hacia tiempo se pudrieron. Sólo Jesucristo se levantó de la tumba. Sólo Jesús tuvo el poder sobre la muerte. ¡Su tumba está vacía!

Argumentos de los que no quieren creer en la Resurrección

Consideren brevemente las respuestas que algunos de los hombres más inteligentes del mundo dan a los que intentan negar la resurrección.

"Los discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron..." La verdad es que los principales sacerdotes y ancianos sobornaron a los soldados para que dijeran que los discípulos robaron el cuerpo mientras que los soldados estaban durmiendo (Mateo 28.11-15). ¡Los discípulos asustados se habían huido de los horrores de la cruz! ¿Desafiarían ellos a todo el poder de Roma para un cuerpo muerto? ¿Todos los soldados hubieran quedado dormidos simultáneamente sabiendo que sus mismas vidas estarían en peligro si esto ocurriera de verdad? ¿Cómo pudieron los discípulos haber pasado entre ellos y movido la roca enorme que sellaba la tumba sin despertar a los soldados? Además, ¿si los soldados habían estado dormidos, cómo pudieron saber que los discípulos robaron el cuerpo?

"Los soldados llevaron el cuerpo," dicen otros. ¿Por qué? ¿Para arriesgar sus vidas? ¡Absurdo! Estos atormentadores y perseguidores de los cristianos podrían haber destruido el cristianismo y las afirmaciones de los discípulos acerca de la resurrección de Cristo con sencillamente hacer aparecer el cuerpo – si lo tuvieran por haberlo robado. Y, ¿si fuera verdad, por qué mentirían los discípulos acerca de la resurrección y arriesgar sus vidas por algo que nunca ocurrió?

Otros dicen: "Jesús se desmayó, fue puesto en la tumba con vida, revivió, empujó a la piedra y salió."Jesús fue matado, atravesado por lanza que rasgó Su corazón de manera que salió sangre y agua. Los soldados ni aun rompieron Sus piernas, como hicieron con los dos ladrones, porque ya estaba muerto. Así que, Jesús, siendo mortalmente herido, desangrado, solo, sin ninguna atención médica por tres días dentro de una tumba, ¿Cómo pudo tener vida? ¿Cómo pudo caminar sobre los pies traspasados por los clavos, o remover una roca enorme con las manos heridas y salir tambaleando al pasar por entre los soldados sin perturbarles? ¿Cómo sería posible que José de Arimatea, quien envolvió a Jesús en una tela limpia, no notara que el cuerpo estaba con vida? (Nicodemo y José de Arimatea envolvieron el cuerpo de Jesús en lienzos con más de cuarenta kilos de especias, que tendía a endurecerse, haciendo que un escape seria imposible. (Juan 19.38-42). Se necesitaría más fe para creer que Jesús se desmayo que creer la pura verdad: ¡Jesús se levantó milagrosamente de entre los muertos!

Todavía otros dicen: "Los discípulos sufrieron de alucinaciones: tenía tantas ganas de ver a Jesús que tuvieron una visión de Él." En ese caso los soldados deben haber tenido alucinaciones también. De otra manera, ¿cómo se puede explicar los ángeles y la tumba vacía? El hecho existe: ¡el cuerpo de Jesucristo no estaba! Además de eso, imagine quinientas personas teniendo la misma alucinación al mismo tiempo en pleno día, tal como se describe la escena en 1 Corintios 15.6. Cuando la gente tiene la tendencia a alucinaciones, esas usualmente aumentan en intensidad y frecuencia, pero ocurrió el opuesto cuando Jesucristo ascendió al Cielo después de aparecer a Sus discípulos. El hecho es que los discípulos vieron al Cristo resucitado, y fueron a contar las buenas nuevas a los demás. Fueron libertados de dudas y temor de la muerte y regocijaron en sufrir vergüenza y aun muerte por Jesucristo. ¡Lo único que puede explicar este cambio dramático en su vida era la convicción de la resurrección de su Señor!

Otras especulaciones que intentan destruir la fe en la resurrección de nuestro Señor son vanos, necios y sin fundamento. Por ejemplo, un caso de identificación equivocada, que el cuerpo se esfumó en gas, o que los discípulos se equivocaron de tumba. Son tan ridículas que no es necesario refutarlas.

Vamos a considerar cuidadosamente algunos hechos más en cuanto a la resurrección. No se puede negar que Jesucristo estaba muerto. El centurión romano era un experto en cuanto a la muerte. Se llegaba a ser centurión no sólo por valentía en la batalla, sino también por eficacia en matar al enemigo y por tener astucia, no dejarse engañar. Una de sus tareas, como ha señalado mi amigo-abogado-pastor, Dr. Bob Topartzer, era comprobar los muertos después de una batalla para asegurar que estaban realmente muertos, o sólo fingiendo la muerte. En Marcos 15.44, Pilato, reconociendo esta habilidad, preguntó al centurión acerca de hace cuánto tiempo había muerto Jesús. El centurión había examinado a Jesús. Él sabía que Jesús estaba muerto. Los soldados sabían que Jesús estaba muerto. Ni le rompieron sus piernas. (Sin saberlo, ellos cumplieron con la profecía: "Él guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado." (Salmo 34.20). Recuerde, como ya señalamos previamente, un soldado había traspasado su costado con una lanza, entrando en la cavidad del corazón, de donde sangre y agua salieron. Los discípulos sabían que Él estaba muerto. Ellos lo habían escuchado decir que moriría y se levantaría, y el horror de Su muerte fue causa de desesperación por su parte. Las mujeres, incluyendo la madre de Jesús, sabían que Él estaba muerto. Más tarde trajeron especias para embalsamar el cuerpo. Pilato sabía que Él estaba muerto, como lo sabían las autoridades religiosas de los judíos. Ellos habían pedido que la tumba sea sellada. José de Arimatea sabía que estaba muerto, como lo sabía Nicodemo. Ellos son los que tomaron el cuerpo y lo envolvió en lino con cuarenta libras de especias y lo colocaron en la tumba de José. Jesús estaba muerto.

No se puede negar que Jesucristo fue sepultado en la tumba de un hombre rico, José de Arimatea. José sabía que Jesús fue sepultado – era su tumba. Nicodemo lo sabía. Él ayudó a José de Arimatea sepultar a Jesús. Las mujeres lo sabían (Marcos 15.47). Ellas estaban observando su entierro. Los soldados lo sabían. Su vida pendía de que el cuerpo del Señor quedara en la tumba. Sólo un inocente podría pensar que ellos no comprobaron el estado del cuerpo antes de sellar la tumba. Jesús fue sepultado.

Todo esto nos deja sólo una alternativa. La resurrección. La resurrección corporal del Señor Jesucristo. ¡La tumba estaba vacía y quedó así!

¡Píenselo! Los discípulos estaban proclamando la resurrección de un hombre condenado como un criminal. Y lo proclamaban en un momento en que se cree que habría un millón de personas en Jerusalén. Y al pasar los días, tenían más y más valor, especialmente después del día de Pentecostés. ¡Los eruditos bíblicos creen que por lo menos 125,000 judíos se convirtieron a Cristo en Jerusalén en el primer año después de la resurrección! La evidencia, la tumba vacía, estaba allí mismo.

Los discípulos sabían que todos los que estaban en Jerusalén sabían de la crucifixión y sepultura de Jesús. Al declarar públicamente que Él había conquistado la muerte y se había levantado de la tumba, era como desafiar a cualquier, amigo o enemigo, a caminar hasta la tumba y ver por sí mismo. Nadie negaba que el cuerpo había estado en la tumba. Nadie negaba que Jesús había muerto y había sido sepultado. ¡Los enemigos de Jesús no tenían nada que responder! ¡Jesús había muerto! ¡Jesús fue sepultado! ¡La tumba estaba vacía! Todos aceptaron el hecho. No había nada que decir. Era un hecho establecido. Miles de personas pudieron verificarlo en ese entonces. Millones han confiado en el Cristo resucitado desde entonces. La tumba estaba vacía.

Las varias apariciones de Jesús a sus discípulos, a las mujeres, a más de 500 personas a la vez, estableció la evidencia.

Más de 500 personas observaron la ascensión de Jesucristo en las nubes (compare Lucas 24.33 con Lucas 24.50,51, 1 Corintios 15.6 y Hechos 1.9). Muchos de los discípulos, mucho de los 500 presentes estaban todavía con vida cuando se escribieron estas porciones de la Escritura. Nadie las contradijo porque verdaderamente ocurrió la ascensión visible de nuestro Señor. Ellos sabían. Ellos estaban allí.

El gran evento anunciado y predicho en el Antiguo Testamento centenares de años antes, ya era historia. Se cumplieron las profecías en cuanto a Su sufrimiento. Y también se cumplieron las profecías referente a Su resurrección. Parece que ni los escritores sabían comprender estos dos eventos, pero los apuntaron fielmente como Dios quiso. Entre otras cosas, se predijo en Isaías 53 que Jesús moriría para nosotros en medio de sufrimiento intenso, pero en otras escrituras se declaraba plenamente que reinaría para siempre. Imposible que cumpliera el uno sin el otro. En Levítico 14.1-7, Dios mandó sacrificar un ave, como símbolo de la muerte de Cristo en la cruz, y la sangre de ese ave debe ser rociada sobre una ave viva que sería puesto en libertad. Es un cuadro de la muerte y resurrección de nuestro Señor. Jesús se levantó de los muertos al tercer día.

Otro testimonio tremendo a la resurrección de Jesucristo se encuentra en Levítico 23.9-11 como se explica en 1 Corintios 15.20. En Levítico Dios instruye a los hijos de Israel a recordar que cuando empiecen a recoger la cosecha, deben traer las primicias de la cosecha al sacerdote. El sacerdote debe mecer la ofrenda delante de Dios "en el día siguiente del día del reposo." (Levítico 23.11), para ser aceptado como una ofrenda para ellos. 1 Corintios 15.20 nos informa que la primicia es Cristo. Los judíos por mandato de Dios, descansaron el sábado. "El día siguiente del día del reposo" es "el primer día de la semana" o sea el domingo. Así predijo Dios que el primer día de la semana llegaría a tener importancia por la resurrección de nuestro Señor. Dios había dado instrucciones específicas a los judíos acerca de la observancia del sábado. Era parte del pacto con Dios, de todo el reglamento de la adoración de la nación, incluyendo dejar a la tierra descansar un año de cada siete. También incluía el año del jubileo, medido por siete veces siete o sea cuarenta y nueve años sabáticos. Se perdonaba las deudas, las casas y posesiones fueron devueltas a sus dueños anteriores, y los sirvientes consiguieron su libertad en el glorioso año de jubileo. Si cambiara cualquier parte del programa, cambiaría todo. El sábado fue instituido para los judíos. Deberían apedrear a quien profanaba el sábado. El hecho que los judíos convertidos arriesgaron sus vidas exponiéndose a la ira de los sacerdotes para adorar el domingo en vez de guardar el sábado nos hace comprender que los primeros cristianos estaban completamente convencidos que el Señor resucitó el primer día de la semana.

Celebramos ciertos días porque tienen importancia histórica. Celebramos el 4 de julio para conmemorar la firma de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Ese día se celebra un hecho histórico. Así es también con otros días especiales. Josh McDowell señala acertadamente que "¡el domingo es el único día que conmemora un hecho histórico 52 veces al año!" Ese hecho es la resurrección de Jesucristo..

Como hemos dicho, uno de los testimonios poderosos al hecho de la resurrección de Cristo es que miles de judíos, arriesgando todo lo que poseían, empezaron a adorar a Dios en un día distinto, el primer día de la semana. Los primeros convertidos eran judíos. Imagine el valor y la convicción que eran necesarios para que den el paso trascendental de cambiar el día. Lo hicieron a pesar de siglos de guardar el sábado, a pesar de sus familias y seres queridos, a pesar de todo lo que pudieran perder. Solo la resurrección de Jesucristo puede explicar este cambio.

Todo esto nos trae al hecho indisputable que los discípulos fueron transformados de personas temerosas en personas valientes por la resurrección de Jesucristo. ¿Aceptarían sufrir la pérdida de hogares, familias y carreras por una mentira? ¿Por qué sufrir soledad, hambre, frío, tortura y muerte por una mentira? ¿Por qué pudieron regocijarse en la pérdida de sus bienes y aún enfrentarse tranquilamente a la muerte? Perderían todo y no ganarían nada a menos que la resurrección de Cristo era un hecho. Casi todos los discípulos de Cristo murieron como mártires. Sabían la verdad de la muerte y resurrección del Señor Jesucristo. Desde entonces se estima que unos 66 millones de cristianos han sido mártires por Cristo.

El hecho es que los discípulos vieron al Cristo resucitado, y salieron para contar las buenas noticias. Fueron librados de las dudas y el temor de la muerte y regocijaron en sufrir vergüenza y aun la muerte para Jesucristo. Nada fuera de la resurrección corporal de Jesucristo puede explicar el cambio repentino y dramático en la vida de los discípulos. Jesús venció la muerte. Ellos lo vieron. ¡Al fin comprendieron que todo lo que dijo fue cierto!

El milagro de vidas cambiadas

¡Nada puede cambiar vidas como lo hace el Señor Jesús! "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas." (2 Corintios 5.17).

Saulo, el fanático religioso y asesino, llegó a ser Pablo, el misionero poderoso de Jesucristo como el resultado de un encuentro en el camino a Damasco con el Cristo resucitado. Este mismo cambio de vida ha acontecido en la vida de millones que han puesto su confianza en Él desde entonces. Nunca he conocido una prostituta, un alcohólico, o un adicto a las drogas que me ha dicho, "Conocí a Jorge Washington, o Abraham Lincoln, el otro día, y él cambió mi vida." Pero he conocido a muchas personas así que han dicho, "Me encontré a Jesucristo el otro día, y Él cambió mi vida." ¿Por qué? ¡Porque Él vive!

Una noche en Anchorage, aconsejaba a Ed Perry. Ed tomaba bastante licor. Era un hombre tosco, impío. Era un jugador de fútbol que decía ser agnóstico. Se había amargado por una situación trágica en su familia. Cuando al fin tuve la oportunidad de conversar a solas con él, Ed resistía al evangelio firmemente.

Para sorpresa de él y la mía, de un momento a otro dejé de discutir con él y le dije, "Ed Perry, dentro de cinco minutos usted se va a convertir." Fui al lado de él, abrí la Biblia, y mostré a Ed cómo llegar a ser un cristiano. Ed se convirtió, se fue toda su amargura, y todo el patrón de su vida se cambió radicalmente. Si le parece increíble esta historia, pregunta al Pastor Ed Perry, en Everett, Washington. Ed podría agregar muchas otras cosas a esta historia. Él estaba enfermo de pecado y vergüenza hasta que Jesús lo libró. ¿Quién fuera de Cristo puede cambiar un hombre así?

Considere otro milagro: Josh McDowell era un hombre joven muy inteligente. Sin embargo, había tenido una niñez muy triste y estaba muy infeliz. Su padre era el borrachín del pueblo. Sus amigos se rieron de lo que hacía su padre cuando se emborrachaba. Cuando sus amigos llegaron a la casa, Josh llevaba su padre al establo donde le amarraba. Escondía el carro de su padre para poder decir a sus amigos que su padre no estaba en casa. Mientras que se divertía con ellos abiertamente, estaba atormentado en su ser interior. En un pueblo pequeño, una de las situaciones peores que puede ocurrir a un joven es que su padre sea el borrachín hazmerreír del pueblo.

Josh era una persona colérica, pero, peor aun, odiaba a su padre. En una ocasión había visto a su madre yacer entre estiércol detrás de las vacas en el establo. El padre de Josh le había golpeado tanto que ni pudo parar. Se puede imaginar la ira y el odio que llenaba el corazón de Josh.

Los años pasaban lentamente. Al fin Josh fue a la universidad y allí conoció a algunos verdaderos cristianos. Vio en ellos lo que su corazón hambriento anhelaba, sin embargo su intelecto no estaba listo a aceptarlo. Así que Josh propuso refutar intelectualmente al cristianismo y la resurrección de Jesucristo. Él investigó exhaustivamente la evidencia. La batalla para su mente y corazón fue tremenda. Finalmente, convencido pero reacio, Josh hizo lo que él creó que era lo único que pudo hacer honradamente. Solo en su cuarto, invitó a Jesucristo a entrar en su corazón y en su vida el 19 de diciembre de l959 a las 8.30 p.m. Era una conversión tranquila sin emociones, basada en evidencia y en la realidad del Cristo resucitado. Pero lo que empezó como una conversión sin mayor demostración, más tarde llegó a ser una transformación explosiva. Josh cuenta del debate con el jefe del departamento de historia de una universidad del medio oeste cuando el profesor le desafió a nombrar algunos cambios concretos que Cristo había hecho en su vida. Cuarenta y cinco minutos más tarde el profesor le dijo, "Basta".

Algunos de los cambios que Jesucristo ha hecho en la vida de Josh McDowell incluyen que ha dejado de ser colérico, tiene una paz mental profunda y su inseguridad ha sido reemplazada por seguridad. También Dios ha dado a Josh la pasión de alcanzar a otros para Cristo.

Josh experimentó otro cambio asombroso después de aceptar a Cristo. En forma lenta pero segura Dios empezó a reemplazar el odio que ardía en su corazón hacia su padre. Unos cinco meses después de recibir a Cristo, el amor de Cristo le subyugó a tal punto que miró a su padre a los ojos y le dijo, "¡Papá, te amo!"

Más tarde cuando Josh estaba en su cuarto, su padre entró y preguntó cómo era posible amar a un padre como él. Josh admitió que hasta hace unos seis meses le había odiado. Luego le contó como Jesucristo había entrado en su vida. Le contó que Jesús había convertido su odio en amor, y que ahora de verdad amaba a su padre. Cuarenta y cinco minutos más tarde, Josh experimentó una de las mayores emociones de su vida. Su padre, quien sabía todo lo de Josh y de su odio, dijo sencillamente, "Hijo, si Dios puede hacer en mi vida lo que he visto que ha hecho en la tuya, entonces quiero darle la oportunidad." Allí mismo ocurrió un milagro. El padre alcohólico de Josh oró con él, y confió en Cristo como su Señor y Salvador. La vida del padre de Josh se cambió de la noche a la mañana. Ya no era alcohólico. Era verdaderamente una nueva criatura en Cristo.

Desde entonces Josh McDowell ha llegado a ser internacionalmente famoso. Algunos de sus libros tales como "Evidencia que demanda un veredicto" y "Más evidencia que demanda un veredicto" son clásicos y contienen abundante evidencia histórica de la fe cristiana y las Escrituras. Josh ha dado conferencias en más que seiscientos universidades. Ha entrado en debate con escépticos, ateos y líderes religiosos incrédulos en todo el mundo.

Herbert VanderLugt comparte otra historia emocionante de la transformación que Cristo puede hacer en la vida de una persona: "No tuve idea de lo que quiso decir mi nieto cuando me dijo que quiso un Transformador. Entonces me explicó que era un juguete que puede cambiarse de robot, a tanque, a camión, y otra vez a robot. Al ver uno, pude comprender como consiguió su nombre. Pero también me hizo pensar acerca de la verdadera transformación de la vida – la que produce Jesucristo en la vida de todos los que confían en Él. Oscar Cervantes es un ejemplo dramático del poder de Cristo de transformar vidas. Desde niño, Oscar empezó a meterse en problemas. Al crecer, fue encarcelado 17 veces por crímenes brutales. Los siquiatras de la prisión dijeron que no había manera de ayudarlo. ¡Pero se equivocaron! Una vez cuando salió de la prisión, Oscar conoció a un hombre mayor que le contó acerca de Jesús. Oscar puso su confianza en el Señor y fue transformado en un hombre amoroso y bondadoso. Poco tiempo después empezó a ir a la prisión para ministrar a los presos. El capellán H.C.Warwick lo describe así: "El tercer sábado de cada mes es ‘La Noche de Oscar’ en la prisión Soledad. Los internados vienen a escuchar a Oscar. Cantan cantos evangélicos fervorosamente y prestan atención por más de dos horas. Pasan libremente al altar de la capilla. Lo que los profesionales no pudieron hacer por Oscar en años de consejería, Cristo hizo en el momento de su conversión." En Marcos 5 leemos que Jesucristo convirtió un endemoniado violento en un hombre dócil normal. Ese mismo poder que cambió al endemoniado y a Oscar es disponible para todos los que confían en Jesús. Él es el Maestro Transformador. ¿Le ha cambiado a usted?

Como Josh McDowell ha señalado en su libro "More Than a Carpenter" (Más que carpintero), Jesucristo tiene que haber sido o un mentiroso, un lunático, o el Señor Dios. Es imposible que Jesucristo fuera un mentiroso. Él era la esencia de honradez y demandó que todos deben ser honrados cueste lo que cueste. Todo lo que dijo fue verdad. Él entregó Su vida por lo que Él había dicho que era la verdad.

No era lunático. Era la esencia de cordura, de mente tranquila bajo presión intensa, acusaciones falsas, persecución y muerte. Su carácter intachable y su comportamiento sereno demuestran que no tenía nada de locura.

Sencillamente, ¡Jesucristo era y es el Señor Dios! Muchos millones de personas han testificado que Cristo ha cambiado sus vidas, respondido a sus necesidades más profundas, satisfecho sus anhelos y otorgado su paz. Entre estos individuos transformados se encuentra Chuck Colson (consejero especial de la Casa Blanca); los científicos Dr. Henry Morris y Dr. Duane Gish; los jugadores de fútbol profesional Steve Largent y Roosevelt Grier; el anterior entrenador de los Dallas Cowboy Tom Landry; la patinadora sobre hielo Janet Lynn; el jugador de básquetbol profesional ‘Dr. J.’ Julius Erving; el erudito Josh McDowell; unos sesenta y seis millones de mártires que han sido torturados y matados por su fe en Jesús y millones de personas del pueblo común. De ellos y otros sube la alabanza, "Jesús murió por mí, y le amo. ¡Él está vivo! ¡Él me ama, me ha salvado, mora en mí, y ha cambiado mi vida!"

D.L.Moody era un evangelista eficaz para el Señor Jesucristo. Dios lo usó para impactar dos continentes para Cristo. Una vez le preguntaron si tuviera "gracia para morir." Moody respondió que no. Lo que tenía era gracia para vivir. Pero agregó que cuando llegara su hora para morir, tendría gracia para morir. Y lo tuvo.

Años más tarde, cuando la muerte se le acercaba Moody dijo en tono triunfante, "El Cielo se está abriendo... la Tierra está alejando... Jesús viene."

Estimado amigo, ¿de qué manera desearía morir? Con Jesucristo, la vida puede ser hermosa y la muerte le introducirá en un mundo nuevo y glorioso. ¿Qué tiene la muerte para usted?

Hemos apelado tanto a su corazón como a su mente. No podemos hacer más. No es posible expresar la gloria y la maravilla de Jesucristo, pero si el Espíritu Santo de Dios toma este pobre esfuerzo y revela la realidad de Cristo a usted de manera que usted lo desea, estaremos extremadamente felices. Sólo el Espíritu de Dios puede revelar Cristo a usted, y no lo hará hasta que usted tenga la voluntad de verlo. Pablo avisa, "He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación." (2 Corintios 6.2)

Tal vez, mientras leía, usted se sentía un poco incómodo. Puede haber sentido ‘presionado’. Pero si hay incendio en tu casa, ¿no vas a utilizar cierta "presión" para despertar a su familia y sacarles de la casa? La seriedad de la situación demanda cierta urgencia, y mucho más urgente es el mensaje de la cruz.

Cuando yo estaba en la Marina y aviones suicidios nos estaban atacando cerca de Okinawa, noté que tuvimos una reacción física cada vez que un zumbador anunciaba el estado de alerta, de peligro, de estar listo para entrar en acción. Después de oírlo en distintas ocasiones, nosotros los marineros experimentamos tensión en lo profundo del estómago, la boca seca y reacciones intensas al oírlo. Generalmente esta reacción llegó al escuchar el zumbido mucho antes de que los aviones estuvieran a la vista. Empezamos verdaderamente a resentir el zumbador. Sin embargo, si hubiéramos metido algodón en nuestros oídos, o dejado de hacer caso del zumbador nos hubieran matado. Muchas veces nuestra respuesta al zumbador nos puso en posición de defender nuestro barco y nuestras vidas antes de que llegara el enemigo. El zumbador era nuestro mejor amigo y nos alarmó suficientemente para salvar nuestras vidas.

El evangelio alarma a una persona para sacarla de su estado de apatía. Esa persona puede tapar los oídos, ignorar la alarma de convicción y la intranquilidad fastidiosa o puede responder pronta y honradamente aceptando al Cristo resucitado, quien da seguridad contra todos los enemigos. Algunas personas reciben un solo aviso y a veces es difícil escucharlo en medio del clamor estridente del mundo. Por favor, no deje de hacer caso al aviso.

¡Nadie pudo amarle – como Cristo! La religión no basta. He guiado a maestro bíblicos, graduados de escuelas bíblicas y aun a misioneros a Cristo o a la seguridad de su salvación. Nada puede satisfacernos como conocer a Cristo personalmente. Por ejemplo, es semejante al niñito de quien un ateo burlaba por estar tan feliz porque su Papá alcohólico había aceptado a Cristo. El ateo reprendía al niño por ser tan inocente como para creer el mito de la Biblia y toda la creencia anticuada acerca de ser ‘salvo’. Cerró su arenga exclamando, "Chico, ¡estás soñando!" El niño respondió en forma adecuada, "Señor, Papá se acostumbraba llegar a casa y golpearme y patearme. Yo me escondía en terror cuando le oí entrar haciendo eses. Él blasfemaba y golpeaba a mi querida Mamá y frecuentemente tuvimos frío y hambre y nos faltaba ropa, y Mamá lloraba bastante. Ahora Papá compra ropa bonita para Mamá, y la besa y abraza. Me pone en su regazo, me cuenta cuentos y me dice que me ama. Nuestro hogar es abrigado y todos amamos a Jesús. Señor, si estoy soñando, por favor, ¡no me despiertes!"

Amigo, Jesús nos libra de enemigos más sutiles y mortíferos que el alcohol, la duda, la inseguridad, la desesperación, el terror, el temor, la angustia, la falta de propósito, la incertidumbre. Él nos libra del pecado y el infierno. Por Él usted puede conocer y experimentar la vida abundante.

Al escribir este libro tengo un deseo – ¡encaminarle hacia Jesús ahora! Usted habrá sentido el palpitar del corazón de Él, mi amigo, y desde la cruz sangrienta, la tumba vacía y ahora en la puerta de su corazón Él le llama. La eternidad – tan cerca de su corazón – tan largo, tan sin fin. "¡Déjame entrar a su corazón y a su vida. Yo, Jesucristo, le amo!"

Por si acaso todavía no está claro exactamente como puede salvarse, como aceptar a Jesús, como creer genuinamente en Él, como saber con seguridad que tenga la salvación, por favor siga leyendo acerca de la Salvación claramente explicada en la Biblia.

Una vida solitaria

Hace casi dos mil años en un pueblo pequeño nació un Niño de una madre campesina. Creció en otro pueblo donde trabajó como carpintero hasta que tuvo treinta años. Después era predicador errante por tres años.

Este Hombre nunca fue a la universidad ni al seminario. Nunca escribió un libro. Nunca fue un empleado público. Nunca se casó ni tuvo casa propia. Conoció la capital de su país pero nunca llegó a más de trescientos kilómetros de su lugar de nacimiento. Aunque nunca hizo ninguna de las cosas que generalmente se asocian con la grandeza, multitudes de personas le siguieron. Sus únicos credenciales eran su propia persona.

A los pocos años de ser predicador errante, la marea de la opinión pública se volteó. Sus seguidores salieron escapando. Fue entregado a sus enemigos y su juicio no tenía base legal. Fue sentenciado a morir en una cruz entre dos ladrones. Mientras que moría, sus verdugos jugaban por la única cosa que poseía en esta tierra – el manto sencillo que había usado. Su cuerpo fue puesto en una tumba prestada provista por un amigo compasivo.

Pero tres días después este Hombre se levantó de entre los muertos – la prueba viva que Él era, tal como había lo afirmado, el Salvador a quien Dios había enviado, el Hijo encarnado de Dios.

Casi veinte siglos han pasado y hoy el Señor Jesucristo resucitado es la figura central de la raza humana. En nuestros calendarios, Su nacimiento divide la historia en dos eras. Un día de cada semana es apartado en Su memoria. Y los dos días más importantes del año recuerdan Su nacimiento y Su resurrección. Sobre el campanario de muchas iglesias en todo el mundo la cruz es el símbolo de victoria sobre el pecado y la muerte.

La vida de este Hombre ha sido la base de más cantos, libros, poemas y pinturas que ningún otro hombre o evento en la historia. Miles de universidades, hospitales, orfanatorios y otras instituciones han sido fundados para honrar a Éste que dio Su vida por nosotros.

Todos los ejércitos que han marchado, todas las fuerzas armadas que han navegado, todos los gobiernos que han existido, todos los reyes que han reinado no han cambiado el curso de la historia tanto como esta vida solitaria.

Por los siglos millones han encontrado una vida nueva de perdón de los pecados y paz con Dios por fe en Jesucristo. Hoy Él ofrece Su vida a todos los que creen. "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida"; dijo Jesús, "nadie viene al Padre, sino por mí." "El que oye mi palabra, y cree al que me envío, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida." (Juan 14.6; 5.24).

¿Ha cambiado el Señor Jesucristo su vida? Pídele... Confíe en Él... ¡Él lo hará!

Evaluando la Evidencia

Hemos explicado brevemente parte de la evidencia a favor de la Biblia y de Jesucristo. ¿Podemos identificar a Jesucristo más allá de toda duda como lo que Él proclamaba ser? Por favor, considere la evidencia una vez más. Dios no va a esforzar su voluntad para que crea. Usted tiene que tomar la decisión final. Pero si no actúa usted en vista de esa evidencia sufrirá el resultado de su indecisión por billones de años en el infierno, y eso me entristecería mucho.

Cuando yo era marinero incrédulo, tuve varias ‘citas ciegas’. (Una cita con una chica desconocida para divertirnos un rato). Supongamos que para esta cita, acepto encontrarme con ella en terminal del ómnibus Greyhound en la calle Liberty #464 esta noche a las 8.00. Ella me dice que tiene sólo una pierna, que la pierna de la izquierda es de palo que ha pintado de amarillo fluorescente con una luz roja intermitente integrada para evitar que alguien choque con ella. También tiene un parche de amarillo fluorescente sobre su ojo derecho que perdió en el mismo accidente en que perdió la pierna. Además, le hace falta el meñique de su mano derecha. Usará una media rosada y un zapato blanco y marrón en su pierna buena. Llevará puesto un sombrero verde, un vestido color granate y una cartera color violeta. Dice que tiene un metro cincuenta de estatura y pesa ochenta y ocho kilos ¿Piensa usted que tendría yo dificultad para reconocerla entre la gente en el terminal de Greyhound a las 8 de la noche?

Recuerdo, el tiempo del nacimiento de Jesucristo fue predicho con siglos de anticipación (Daniel 9.24-26). Así que no podemos hacer caso de los que dicen que se podría ocurrir en cualquier momento algo que pareciera ser cumplimiento de parte de alguna profecía. Sabemos cuando debería nacer.

Sólo mencioné 13 o 14 señales de identificación en cuanto a la chica de mi ‘cita ciega’. Sin embargo es obvio que es prácticamente imposible que presentara otra chica con estas señales en el terminal de Greyhound a las 8 de la noche. Dios nos dio 333 señales de identificación para reconocer a Jesús en Su nacimiento y en Su resurrección. Cada señal se cumplió perfectamente en Jesús, para que no pudiera haber duda en identificarlo cuando llegara, ni en verificar su identidad ya que ha venido. Recuerde, ¡todo lo que dijo Jesús ya se cumplió o se cumplirá! Él dijo que el Infierno existe y existirá para siempre, lo mismo que el Cielo. De aquí a un millón de años usted estará consciente en algún lugar. ¿Estará en el Cielo o en el Infierno?

Toda profecía bíblica se cumple exacta y literalmente. Para que se dé cuenta del impacto de esto, supongamos que alguien predijera 100 cosas que ocurrirían a usted en el año que viene. Muchas de estas predicciones son muy detalladas. La primera predicción dice que se golpeará el dedo de su pie en la pata de la mesa el primero de enero a las 12.35 de la mañana, apenas empezando el nuevo año. Caerá sobre un vaso que está en la mesa de la cocina, el cual se romperá y le hará una herida en forma de ‘U’ en la barbilla. Esta herida fea necesitará trece puntadas cosidas por un doctor recién llegada a la ciudad de apellido McGuire porque su doctor no estará disponible en ese momento. Al llegar el primero de enero, todo esto ocurre exactamente, hasta el detalle más mínimo.

Luego, a través del año, 99 de estas profecías se cumplen literal, perfecta y verdaderamente en todos los detalles. ¡Noventa y nueve de los cien! ¡Sólo falta una! La última profecía dice que si usted va al centro a la esquina formada por las calles Quinta y Unión a las 5 de la tarde, estará involucrado en un choque tremendo de carros que le dejará ciego, manco y severamente quemado. El dolor será agudísimo. Estará hospitalizado por seis meses para luego morir.

¿Qué dice? ¿Pudiendo evitarlo, iría usted a esa esquina ese día a las 5 de la tarde? ¿Se correría tal riesgo si las 99 profecías ya se habían cumplido?

Vamos a redondear las profecías bíblicas a cien, noventa y nueve de las cuales ya se han cumplido. La profecía número cien dice que si usted no decida aceptar a Jesucristo como su Señor y Salvador personal, morirá sin esperanza y pasará la eternidad en el Lago de Fuego que es el destino de los perdidos según Apocalipsis 20. De aquí a un billón de años su sufrimiento y desesperación y sentido de la pérdida del amor de Dios apenas habrá empezado. Siendo que todas las otras profecías bíblicas se han cumplido en sentido literal y absoluto, ¿sería inteligente jugar su destino eterno pensando que esta última profecía final no se cumplirá?

Estimado amigo, ¡es hermoso tener a Jesús y Su vida abundante y Su paz aun ahora, en esta vida, tanta como tener la seguridad de una morada eterna en el Cielo con Él! ¡Cuán inexpresablemente dulce es tener los pecados perdonados, ser salvo y saberlo, acostarse cada noche sabiendo que cuando termine esta vida estará con Jesús en el Cielo para siempre!

¡Jesús le ama tanto! Lo probó en la cruz sangrienta al morir en lugar suyo y mío. Lea el próximo capítulo cuidadosamente para comprender cómo ser salvo para siempre y saberlo. ¡Hazlo ahora!

No hay nada en este mundo tan urgente, ni de tanta importancia.

Lea el capítulo dos ahora, por favor.

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Traducido por Grace de Polo

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